Infierno Nocturno
Los hechos ocurridos en este texto se pasan en una noche de Lunes, 27 de Agosto.Yo, hasta entonces me sentía un joven en la plenitud de la existencia, sin miedo del peligro y de las aventuras. Llega, entretanto, el momento en la vida de un hombre en la cual debe enfrentar su realidad y asumir sus debilidades. Esta es mi historia:
Había llegado con mi Tío a la casa del mismo. Es común, no sé porque la razón, pero siempre cuando llego en su casa el “Segundo Baño” encuentro un número exagerado de telas de arañas. Encuentro mini arañas cerca del lavabo, adentro del tolete y, créanme, había una fumando un cigarro. Pero ese no es el problema.
Me encontraba en la sala, jugando Ps3 cerca delas 21h30 de la noche. El clima se estaba quedando pesado y sin ventilación, resolví abrir una ventana para dar una ventilada. No fue uno de los hechos más geniales de mi vida: Al dar pause en el juego, fui a orinar y, bien en la puerta, estaba ella. Cascuda, imponente y con la gracia de una bailarina de las tinieblas, encarándome y balanceando sus antenitas. En el momento no sabia lo que me estaba queriendo decir, pero después entendí que ella decía algo del tipo: “Soy una Cucaracha”.
En todos los otros momentos de mi vida, supe como lidiar con este tipo de situación como un hombre sano. Llamaba a mi mamá. Pero allí en la callada noche, éramos apenas yo y ella. Y ella parecía saber de eso. Aquella cucaracha aprendió las técnicas de intimidación con algún terrorista muy habilidoso. No les voy a mentir, me quedé aterrorizado, pero necesitaba reaccionar. Mientras ella estaba en mi puerta, toda cucarachosa e imponente, di un salto olímpico, algo similar al parkour, y salí corriendo en dirección al armario para agarrar un insecticida.
No había insecticida.
La verdad? Comencé a sudar frio. Entretanto, con toda mi MacGyvericie, hice un plan: Agarré un desodorante e un encendedor (Y mi zapato, para último caso). Volví pronto para la acción. Allá estaba ella, confiante, segura de sí misma. Sin pestañear, encendí mi lanzallamas improvisada en la cucaracha. Fui a conferir el insecto pulverizado pos-fuego. Para mi sorpresa, no había nada. En una mirada instintiva, vi que ella se estaba yendo atrás de la mesa de la computadora. Corrí atrás. Ella se escondió.
Ya había pillado el esquema Esconde-Esconde de la cucaracha, ella no era una cualquier, ella tenia los movimientos calculados, con la destreza de un agente de SWAT. Disparé un chorro del desodorante por atrás de la mesa y ella salió corriendo para el lado izquierdo. Y ella salió corriendo para el lado derecho. Al mismo tiempo.
…Después de algún milésimos de confusión, entendí lo que estaba pasando.
CARAJO, ERAN DOS! Yo ya estaba mareado, no entendía porque aquel infierno estaba pasando conmigo, ya estaba sin esperanzas de salir vivo. Para empeorar una de ellas mostro su habilidad más atormentadora. Ella volaba. Me quede catatónico por algunos minutos pero no desistí de mi guerra particular. Al mismo tiempo que una volaba la otra se arrastraba y esta, por su vez, tendría que aprender una lección – vamos llamarla de Cucaracha 1 -. Agarre el basurero que, por suerte, estaba vacío y construí una pequeña prisión para la Cucaracha 1. Sigue el esquema:
Ella, la Cucaracha 1, estaba ahora en condición de rehén y la voladora – Vamos llamarle de Cucaracha Turbo – debería entender quien mandaba en aquella casa. Pero el encarcelamiento de la Cucaracha 1 no intimido ni un poco a Cucaracha Turbo. Agarré nuevamente mi lanzallamas y asesiné a la Cucaracha 1 en su jaula. Era la vez de Turbo, pero esta ya se había escondido en algún lugar de la pieza. Me di por vencido. Un hombre de verdad sabe la hora de parar. Tiré la toalla blanca y me fui a dormir en la sala. Hasta ahora no sé por donde anda y si todavía me busca, para vengar a su amiga.
PS: Por respeto a los familiares y amigos de Cucaracha 1, las fotos de su cuerpo carbonizado no serán exhibidas aquí en Nada al Cuadrado.
PS2: Mis tíos no estaban en casa y yo era el único en el recinto.
0 comentarios: